lunes, 16 de mayo de 2011

Connect

La vida tiene diversas formas de reirse de ti cuando menos lo necesitas.Hoy mi yo interior gritaba tan alto que casi podía oirlo en el exterior. Todo pasó en mi facultad, mientras estudiaba (o lo intentaba) se sentaron dos chicas a mi lado a hacer un trabajo. En una de las dos ya me había fijado hace unos meses atrás porque es bastante mona (todo sea dicho).

Pasó que no pude evitar escuchar lo que hablaban y entonces como por ironías del destino me parecía estar escuchandome a mi mismo.La chica en la que me había fijado con anterioridad, hablaba sobre un chico con la otra chica y se quejaba de que este no le echaba cuenta mientras la otra le replicaba porque según lo que ella había visto, no le había dado ninguna pista de que pudiera estar interesada por ese chico " ¿Cómo esperas que él se interese si no le hablas?".

Toda una mala suerte, si señorita...Era como si me estuviesen echando la bronca a mi en vez de a ella o por lo menos así me sentía.

No me gusta escribir sobre este tipo de cosas porque me empiezo a parecer a una quinceañera que se enamora del primer chico que le sonríe, pero no podía dejar de explicar esa pequeña conexión que sufrí con una persona que tenía a menos de un metro y a la cual, no creo que conozca jamás...

1 comentario:

  1. A ver como resulta. Es interesante porque a mi también me ha pasado en varias ocasiones pero no sé supongo que siempre me pudo el miedo.

    Un saludo

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