domingo, 26 de diciembre de 2010

La última nostalgia del año


Todo empezó viento en popa. Rodeado de personas con las que he compartido mucho en muy poco tiempo.La sombra de una mujer que había quedado olvidada hace mucho tiempo, volvió de repente un mes de febrero.

De esa chica(esa gota de agua como me gustaba definirla), sólo puedo decir que acabó por convertirse en un lastre emocional demasiado grande para lo que se avecinaba.Hice un buen trabajo el mes de febrero pero en junio, el destino quiso truncarse y hacerme sentir como un perdedor...

Sufrí el primer ataque de ansiedad de mi vida, incitado por la inexorable pérdida de mi última abuela, ese terrible mes de julio y esa gota de agua que me destrozaba por dentro como destroza a una piedra al penetrar en ella...

Ese mismo destino(en el cúal no creo, por cierto) quiso que ese mismo mes pudiese liberarme mediante una carta. Jamás había hecho nada parecido y me sorprendió la facilidad que tenía para expresar por escrito lo que llevaba dentro...

Llego septiembre y con él una profunda normalidad y monotonía que acabó por curar mis cicatrices con la intención de volver a mostrar mi mejor lado. El lado que ha hecho que, pese a mi profunda timidez, consiguiera grandes amigos y personas.A partir de septiembre, todo empezó a funcionar de una manera más o menos práctica y el culmen fue el 30 de ese mismo mes.Pude ver realizado un sueño infantil como el de contemplar un espectáculo de luces y música bestiales en mi propia ciudad. La Vía Láctea en Sevilla como la llamó Bono...

Más tarde, mi cumpleaños rodeado de por delante y por detrás de desequilibrios de grupo, donde la reflexión más clara y puntual es: "No hay persona más ciega que la que no quiere ver..."

La moraleja que este año me ha enseñado (o por lo menos es la que yo mismo he interpretado) es que hay que saber hacer la distinción en todos los ámbitos que rodean a una vida. Amigos-conocidos-colegas, trabajo-ocio-vida social, y así un largo etc.Aparte de esto, es importante saber y tener presente que no hay nada imposible, todo requiere un esfuerzo más grande o más pequeño y lo más fácil sería decir que algo no se puede hacer... Pero quizá esa no sea la mejor solución.

En definitiva, os deseo un feliz año a todos y espero que os hayan ayudado de alguna u otra manera estos textos que a veces, salen de los delirios de un chico medio hombre, que en el fondo todavía sigue con la ilusión de un niño de ver en el rostro ensombrecido del planeta una gran sonrisa...

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